domingo, 25 de diciembre de 2011

NUEVOS SIMIOS AFRICANOS

El continente negro no deja de dar sorpresas a lo largo del tiempo. Considerado la cuna de la humanidad es contínua fuente de descubrimientos biológicos. En 2005 se descubrió en el sur de  Tanzania una nueva especie de primate: el Mangabeye montañés (Lophocebus kipunji). El nuevo animal vive en una pequeña zona selvática del Parque Nacional Kitulo, cercana al volcán Rungwe.
Por otro lado, también en 2005, la primatóloga Shelly Williams logró el primer contacto visual con una elusiva criatura conocida como "mataleones". Logró estar a unos cuatro metros de ellos, atrayéndolos con la imitación por parte de uno de los rastreadores del sonido de un druiker herido, y obtuvo la filmación de una hembra y una cría. El " mataleones" es una nueva especie de primate que vive en la selva de Bili, cerca del poblado de Bondo, en el Congo. Desde hacía tiempo los lugareños hablaban de dos tipos de simios: uno identificado con el gorila al que llamaban "golpedores de árboles", y el otro un enorme primate conocido como "mataleones". Desde 1996 el fotógrafo y conservacionista suizo Karl Ammann perseguía a la criatura en Bili. Había obtenido muchas evidencias: pelo, moldes de huellas, cráneos, heces, refugios construídos en la tierra, testimonios de testigos. Pero recién hacia 2000 pudo conseguir fotografías que revelaban que el animal se parecía más a un chimpancé enorme: llegaba a medir 1, 80 metros.
La historia de los simios de Bili comienza en 1908, cuando un oficial del ejército belga recogió unos cráneos en la zona del río Vele, en la seva de Bili, y los entregó al Royal Museum for Central África en Tervuren, Bélgica. En 1927, Henri Schoutenden clasificó los cráneos como Golilla golilla uellensis. En 1970 el antropólogo Colin Groves examina los cráneos y los considera similares a los del gorila occidental. Para Ammann se trata de un simio más próximo al chimpancé, pese a que es mayor que un gorila. Se diferencia de éste por la cara más chata. Sin embargo se diferencia del chimpancé por construir refugios en la tierra y por el hecho de que aúllan cuando sale y cuando se pone la Luna. Recientes análisis de ADN mitocondrial han dado por resultado que los simios de Bili son una subespecie de chimpancé (tentativamente se los ha relacionado con la subespecie schweinfurthii). Recientemente Cleve Hicks, de la Universidad de Amsterdam, ha aportado más datos sobre el extraño animal: al parecer atacan a felinos depredadores y no temen a los humanos.
Podrían haber nuevas especies de primates esperando ser descubiertas en África. El explorador italo-americano Attilio Gatti informó de un enorme simio de color oscuro, cara pálida y andar bípedo que, según los pigmeos mbuti, vaga por las selvas de Ituri y lo llaman Muhalu. También se han recogido informes de una criatura bípeda, cubierta de pelo pardo-rojizo y pequeña estatura, a la que en África Oriental llaman agogue. El capitán Hichens aseguró haber visto un par de ellos atravesando velozmente un claro entre los bosques  de Ussete y Simbiti (Tanganica oriental). Cuthbert Burgogne informó de un avistaje de tales criaturas en Mozambique, describiéndolos como "semi-hombres".

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martes, 20 de diciembre de 2011

EL FRAUDE DEL MONO GRANDE DEL AMAZONAS


En 1553 el conquistador español Cieza de León cita el mito de las "maribundas" o "marimondas", criaturas de la selva muy temidas por los nativos de Nueva Granada. También es citada esta leyenda por el marqués de Wavrin respecto a los nativos del Guaviare. De todos modos tal criatura ha sido plenamente identificada con el mono araña (Atheles belzebuth).
Otra leyenda es la del di-di o Didi, criatura de aspecto antropoide descripta por las tribus de Venezuela, Guyana y la frontera brasileña con ambas naciones. Una de las primeras citas sobre esta criatura la hizo el naturalista Edward Bancroft en 1769. Seres similares fueron descriptos por el explorador británico Charles Barrington Brown en su visita a la Guayana Británica en 1876. Una expedición a la Guayana británica realizada en 1931 por Nello Beccari, Renzo Giglioli e Ignesty Ugo para encontrar rastros del Mono Grande de Loys, obtuvo el relato de un magistrado británico de apellido Haines quien dijo haber visto dos grandes seres bípedos cubiertos con pelo marrón rojizo en 1910 en un bosque a orillas del río Konawaruk (afluente del Esequibo). Beccari recogió varios testimonios sobre estas criaturas.
No obstante nada de esto parece tener relación con la criatura que dijo haber matado el geólogo suizo François de Loys en 1918 en el estado venezolano de Zulia, cerca del poblado de El Cubo, a orillas del río Tarra, cerca de la frontera colombiana. Cuenta el geólogo que realizaba el trazado del plano geológico de la región, contratado por la Royal Dutsch Shell, cuando su equipo fué atacado por enormes simios bípedos de metro y medio de estatura. Al abrir fuego huyeron pero uno fué abatido. Lo describió como un ser de 1, 57 metros, 37 dientes y sin cola. Le tomó una fotografía  y luego lo hizo desollar. No obstante debió abandonar la piel y el cráneo del animal, junto con gran parte del equipaje, durante el difícil viaje de regreso.
La cosa pudo no haber pasado a mayores de no aparecer en escena el infame médico suizo George Montandon. El autor de la teoría hologenésica, dogma del nazismo,conoció a de Loys en 1928. Ya en marzo de 1929 Montandon anuncia por carta a la Academia de Ciencias de París el descubrimiento de la nueva especie de antropoide, el Ameranthropoides loysi, al que consideraba el ancestro de la "raza roja" americana.
La reacción no se hizo esperar. Los antropólogos franceses e ingleses tacharon al descubrimiento de fraude y la polémica se extendió hasta la muerte de Loys en 1935. A partir de entonces comenzó a declinar y el asunto fué olvidado. A pesar de todo aún se escribe sobre el Mono Grande de de Loys, ignorándose quizá que el médico venezolano Marcelo Tejera denunció por carta, fechada en julio de 1962, al periódico venezolano El Universal que el asunto de de Loys era una broma. La denuncia fué realizada con motivo de haber asistido en 1919 a una conferencia de Montandon en París sobre el descubrimiento de un antropoide en Venezuela. Cita con detalles cómo fué testigo del momento en que el geólogo suizo fotografiaba un ateles muerto en el campo de Mene Grande en 1917. Según Tejera, que trabajó como médico junto a de Loys en un campo de exploración petrolera en Perijá, el mono era una mascota del geólogo a la que se le había amputado la cola y era llamada "hombre mono" por esa razón. De paso identificó al presunto antropoide con un mono araña hembra, riéndose del hecho de que tanto de Loys como Montandon confundieron el gran clítoris de la criatura con un pene.
Tejera aporta del dato, desconocido por los investigadores del caso, de la conferencia de 1919. La versión oficial es que Montandon publicó la descripción de la supuesta nueva especie en 1929, y que de Loys escribió sobre su descubrimiento ese mismo año. Al parecer dejaron pasar diez años para que se olvidara el incidente de los cuestionamientos de Tejera en la conferencia de 1919.

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viernes, 16 de diciembre de 2011

EL ELEFANTE GIGANTE DE NEPAL




En 1992 una expedición al Parque Nacional de Bardia, al suroeste de Nepal, dirigida por el coronel retirado John Blashford-Sneel, fundador de la Sociedad de Exploración Científica, dió como resultado la localización de dos ejemplares del casi mítico "elefante gigante". El más grande, al que bautizó Raja Gaj ("Rey Elefante"), sobrepasaba los tres metros de altura en la cruz, con colmillos de más de dos metros y unas ocho toneladas de peso.
Blashford-Sneel, nacido en Jersey, Gran Bretaña, en 1936, se dedicó a la exploración científica luego de 37 años de servicio en el Ejército. Ya en 1987 había oido rumores sobre una bestia enorme en los bosques occidentales de Nepal a la que se comparaba con el mamut prehistórico.
El Real Parque Nacional de Bardia cubre 968 km2 de superficie mezcla de sabana y bosque riberense. Se encuentra al oeste del Terai y al este del río Karnali, a 585 km de Kathmandú.
La presencia de dos grandes bóvedas en la frente y un distintivo puente nasal abrieron la polémica aún vigente. Tales atributos anatómicos no están presentes en los elefantes asiáticos pero si en un ancestro de los elefantes modernos (africanos y asiáticos) y del extinto mamut: el Stegodon, desaparecido hace un millón de años. El paleontólogo canadiense Clive Coy propuso la tesis, a la que adhirió Blashford-Sneel y la comunidad criptozoológica, de que el "elefante de Bardia" es un descendiente del Stegodon. No obstante la zoología ortodoxa sostiene que tan sólo se trata de una variedad endémica o mutación genética de elefante asiático.






















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