El registro fósil revela que una extinción masiva afectó a los dinosaurios hace entre 65 y 66 millones de años. La teoría más aceptada es que no pudieron sobrevivir a los dramáticos cambios climáticos producidos por la caída de un masivo meteorito en lo que hoy es Yucatán, México.
No obstante, existen fósiles de dinosaurios que atraviesan la fatídica frontera de los 66-65 millones de años, llamada el "Límite KT". Los restos hallados en areniscas de Ojo Álamo, cuenca del río San Juan, Nuevo México, EEUU, parecen corresponder al período Paleoceno y no al Cretácico. En total se han encontrado 34 huesos pertenecientes a un hadrosaurio. El hallazgo fue realizado en 2002 por un equipo dirigido por Larry Heaman de la Universidad de Alberta, James Frasset y Robert A. Zielinski.. El análisis de los huesos estuvo a cargo del geocronólogo James Fasset, del US Geological Survey. Los análisis químicos y palinológicos (estudio de esporas y pólen fósil) no dejan lugar a dudas: hubo dinosaurios en lo que hoy es Nuevo México y Colorado que sobrevivieron al menos medio millón de años a la gran extinción. También se descarta la posibilidad de que se trate de restos removidos por el río desde los estratos más bajos: los huesos estarían dispersos. Además difícilmente se podrían haber removido 34 huesos de un individuo como es el caso del hallazgo de Ojo Álamo.
Los huesos de dinosaurio de Ojo Álamo son los primeros hallados en terrenos del Paleoceno. Anteriormente se habían encontrado restos de huevos y dientes en Montana (EEUU) y en Francia.
A pesar de que las conclusiones de Fasset son controvertidas, han reabierto la polémica respecto a que pudieran haber existido bolsas de dinosaurios supervivientes a la extinción del Cretácico. La idea en sí no es nueva. Muchas veces se denunció la posible existencia de fósiles de dinosaurios en el Paleoceno, si bien se terminó atribuyendo tales restos (en su mayoría dientes) a variedades de cocodrilos prehistóricos. Precisamente muchos investigadores empiezan a creer que debieron existir más hallazgos de este tipo que fueron descartados como errores de datación o sospechados de contaminación de estratos más recientes.
Probablemente los dinosaurios que escaparon a la gran extinción no sobrevivieron mucho tiempo más, pero en realidad no es posible sacar conclusiones determinantes. Las especulaciones sobre la existencia de "Mundos Perdidos" donde ciertas especies de dinosaurios sobrevivieron hasta épocas quizá recientes continúan siendo parte de la ficción literaria, pero la puerta queda claramente entreabierta a tal posibilidad.
El hecho de que existan huesos de dinosaurios fechados en 700.000 años más allá del "Límite K-T
o C-T" (Cretácico-Terciario) implica que hubo forma de escapar a la extinción en masa. Hasta ahora los modelos explicativos respecto a lo que sucedió en esa delgada capa geológica de no mucho más que unos cuantos cientos de miles de años (algunos le adjudican un millón de años de duración) que es el Límite K-T no dejan lugar a dudas de que hubo una catástrofe ambiental de inimaginables proporciones que exterminó a cerca del 70% de las especies hasta entonces existentes. El registro fósil se interrumpe abruptamente precisamente allí y luego vuelven a aparecer nuevas especies en los estratos más avanzados del Paleoceno.
Las tres hipótesis en pugna que intentan explicar lo que ocurrió realmente son: la teoría del descenso de nivel de los mares, la teoría impactista y la teoría volcánica . La primera se basa en evidencias geológicas del maastrichtiense sobre un fuerte descenso del nivel de los mares; tal evento habría impactado en la vida marina, especialmente en la que es base de la cadena alimentaria, a la vez que alteró sensiblemente el clima global. De todos modos el registro fósil parece probar que las formas de vida se estaban adaptando a tales procesos geológicos y no que estuvieran produciendo extinciones súbitas y masivas.
La segunda sostiene que la caída de un gran meteorito en Yucatán (México) provocó un efecto invernadero a escala planetaria alterando dramáticamente los ecosistemas. La tercera atribuye tal alteración a una inusual actividad volcánica registrada en el Decán (India). Recientes investigaciones paleoambientales basadas en el estudio de los foraminíferos (Laia Alegret, Ignacio Arenillas y José Antonio Arz, grupo "Extinción y Reconstrucción Medioambiental desde el Cretácico hasta el Cuaternario", Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA) perteneciente al Museo Paleontológico de la Universidad de Zaragoza) han demostrado que solamente hubo cambios menores y breves relacionados con las erupciones volcánicas de la India unos 500.000 años antes del evento K-T. En cambio quedó demostrado que los cambios ambientales significativos ocurren después de los 65,5 millones de años, momento del impacto de un meteorito en Chicxulub contra los sedimentos ricos en sulfato de la plataforma del Yucatán. En pocos minutos se habrían liberado a la atmósfera enormes volúmenes de azufre, polvo, hollín, iridio y otras partículas, produciendo un oscurecimiento general y posterior enfriamiento. El cráter de 200 km. descubierto en 1991 evidencia la liberación de una energía capaz de provocar terremotos y tsunamis de magnitud >11 que hicieron colapsar las plataformas continentales.
No obstante existe una cierta resistencia a la hipótesis de la catástrofe meteorítica. Ciertos investigadores han señalado que las mediciones de la antigüedad de las microtectitas depositadas en el cráter anular de Chicxulub es de 300.000 años antes del límite K-T. Eso sugiere que no sería el meteoro de Yucatán el gran responsable de la extinción masiva de fines del Cretácico.
Los defensores del modelo impactista han replicado al respecto que los depósitos de sedimentos con microtectitas fueron en realidad removilizados instantáneamente por el monstruoso impacto del meteorito, cuya energía debió superar un millón de veces la explosión de la más poderosa bomba atómica existente hoy en día.
A pesar de las críticas la teoría dela extinción masiva rápida debido a un evento catastrófico sigue siendo la mejor explicación de lo que ocurrió en realidad. El modelo de extinción gradual en un período de 10 millones de años a fines del Cretácico ha sido puesto seriamente en cuestión por trabajos como el de E. Fastowsky, publicado en 2004 en la revista Geology. Este trabajo demostró que la diversidad de géneros fósiles de dinosaurios alcanzó su máximo en los dos millones de años previos a la extinción masiva. La idea de que los dinosaurios venían declinando desde hacía millones de años carece de sustento evidente.
El artículo, "New Geochronologic and Stratigraphic Evidence Confirms the Paleocene Age of the Dinosaur-Bearing Ojo Alamo Sandstone and Animas Formation in The San Juan Basin, New Mexico and Colorado" by James Fassett, está disponible con fecha 29 de abril en Palaeontologia Electronica, http://www.palaeo-electronica.org/
Fassett, J, Zielinski, R.A. y Budahn, J.R. Dinosaurs that did not die; evidence for Paleocene dinosaurs in the Ojo Alamo Sandstone, San Juan Basin, Nuevo México. En Catastrophic events and mass extinctions; impacts and beyond. (Eds. Koeberl, C. & K. MacLeod): Special Paper - Geological Society of America 356: 307-336. (2002).
http://www.aragoninvestiga.org/science-publica-que-la-extincion-masiva-de-hace-655-millones-anos-fue-provocada-por-un-asteroide/
http://extincion.unizar.es/index_es.php
Imagen: http://lachachipedia.blogspot.com/2013/05/los-dinosaurios.HTML
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