Una de las supuestas criaturas míticas más extraordinarias de Australia es el Burrunjor, un oscuro terror que recorre las historias de los pueblos aborígenes de la Tierra de Arnhem. Al menos eso es lo que dice uno de los más controvertidos investigadores de la criptozoología: Rex Gilroy. En efecto, tan sólo un puñado de relatos de aborígenes y de presuntos testigos occidentales, además de moldes de enormes pisadas, constituyen toda la evidencia recogida por el mencionado investigador. Según su reconstrucción de los relatos el monstruo recuerda alguna especie de terópodo prehistórico, incluso un tiranosaurio, cuestión que ha desatado un pequeño terremoto en la comunidad criptozoológica.





En 1960 se registra un avistamiento de tres rastros de animales enormes en Alice Springs y Mount Isa. Un nuevo relato es ubicado cronológicamente en 1961. El testigo es llamado Jhonny Mathews, quien asegura haber visto una criatura bípeda de 25 pies de largo (algo más de 7 metros) moviéndose entre los matorrales en Lagoon Creek. Ese mismo año unos cazadores de canguros reportaron haber visto un lagarto bípedo muy oscuro de 8 metros al norte de Mount Isa durante una tormenta de polvo.
En 1970 dos testigos, Jack y Jane Mulholland, dicen ver un monstruo enorme (unos 20 pies), "de piel moteada", parecido a un tiranosaurio, en Floraville. En 1977 una pareja de aborígenes describen un animal similar de color gris que dicen haber visto en el distrito Normanton comiendose un búfalo.

En 1984 aparecieron huellas en Narooma, Nueva Gales del Sur, atribuídas al Burrunjor, de las que Gilroy hizo moldes de yeso. El último avistamiento documentado dataría de 1985, cuando Greg Askey y su familia avistaron dos seres bípedos de color marrón grisáceo y 20 metros de altura desplazándose en la llanura, desde un automóvil cuando se dirigían a Roper River Mission.
Gilroy ha registrado relatos indígenas sobre las criaturas llamadas Burrunjor y Kooleen y ha concluído que se trata de un mismo ser. El Kooleen es descripto como un humano con cola de reptil y escamas. Los avistamientos y relatos sobre el Kooleen se circunscriben al área de Victoria. Si bien parece ser de menor tamaño, coloración verde, cola más corta y complexión delgada, podría tratarse de un Burrunjor más pequeño según cree Gilroy.
Las tradiciones australianas recogidas por Gilroy mencionan una serie de criaturas similares a dinosaurios que habitaban los territorios del Norte australiano antes de que comenzara la desertificación. Las mismas leyendas aborígenes consideran a esas criaturas como extinguidas debido a la desaparición de sus hábitats, que comenzó hace 40.000 años con la llegada misma del ser humano. Al parecer la multiplicación de los incendios, producto de la acción humana, impactó negativamente en los ecosistemas australianos. El fenómeno está bien documentado geológicamente.
Además del Burrunjor y el Kooleen, animales parecidos a dinosaurios carnívoros bípedos, son descriptas unas criaturas parecidas a saurópodos. Eran llamadas Kulta, Myndie, Wanambi e Ipilya, y se las describía como una serpiente gigante de los pantanos de la región de Victoria, consumidora de vegetales, que además poseía un voluminoso cuerpo sostenido por cuatro gruesas patas. Todas las referencias a estas criaturas son legendarias, pero no dejan de ser interesantes. De las pocas versiones actuales sobre avistamientos de estas criaturas se cita el relato del convicto fugado en 1803 y que convivió 32 años con indígenas Wathaurung en la región de Victoria, William Buckley, el cual afirma haberse topado con un animal extraño en el lago Moodewarri ("Vida y Aventuras de William Buckley", de John Morgan, 1852). Si bien dice que se trataba de un Bunyip, ser que habitaría también en el río de Barwon según Buckley, la descripción es bastante difusa.
Los relatos aborígenes decían, respecto al Kulta, que era enorme, que tenía una cabeza pequeña al final de un largo cuello, que arrastraba la cola puntiaguda detrás de el y que la tierra temblaba bajo sus pies. Habitante de los pantanos, se cuenta que murió cuando la tierra comenzó a convertirse en desierto.
Sobre el Ipilya, los relatos proceden de las tribus de Groote Eylandt, en el Golfo de Carpentaria. Se lo describe como una gran salamandra que vivía en el pantano Numarika. En la tradición aborígen el Ipilya aparece asociado a los monzones.
El Myndie aparece en las tradiciones de los aborígenes de la zona de Melbourne. Se dice que vivía en la región de Burkerbunnel, a orillas del río Neelcunnun, y se lo describe como un gigantesco ser de largos cuello y cola. Se cuenta que emitía silbidos, que su lengua era bífida como en los lagartos y serpientes y que era capaz de escupir veneno. Este detalle le da al Myndie algunas características típicas de los varanos. Sin embargo se dice que se alimentaba de vegetales.
Fialmente el Wanambi, habitante del Norte australiano, es descripto como una enorme serpiente, a veces con patas, similar a los anteriores. Sin embargo tiene la característica de poseer una especie de crin a lo largo de la espalda, y también es descripto como un ser de colores variados y llamativos.
Otra extraña criatura del folklore australiano muy similar a un dinosaurio es el gauarge. Descripto como un ser semi-acuático se parece a un emú sin plumas, y se le atribuye la creación de torbellinos en las lagunas lo que dificulta la natación en los sitios donde habita. También es capaz de correr a gran velocidad en tierra sobre sus patas traseras. Precisamente también existen relatos de criaturas acuáticas similares al plesiosaurio,

Finalmente mencionaremos al extraordinario ser mitológico australiano llamado Bunyip ("espíritu o demonio"), Tumbata, Kanjapraty, Kianpraty o Melagi. Esta criatura es descripta de diversas formas muy diferentes. Se dice que habita los pantanos y ríos (aunque también habitaría en el mar), y emite unos extraños alaridos. También se cuenta que ataca cualquier ser viviente, incluso humanos. Algunos relatos dicen que pone huevos. Se le reconoce un tamaño como de un becerro y en muchas descripciones se dice que es gris, tiene un cuello largo, plumas (o escamas) y pelo hirsuto en la cabeza. En algunas tradiciones se dice que su cabeza es como la de un emú, en otras que recuerda la de un perro bulldog, o una foca, o una morsa, o una vaca marina, o un caballo. También se cree que tiene una cola larga y aplanada ( o como de caballo, en ciertos relatos), a veces con aletas. Tiene dientes afilados, y en algunos caso se lo describe con dos colmillos como de morsa). Un relato detallado de 1895 de un presunto testigo de un avistamiento, aporta características interesantes: cabeza como de emú, con proyecciones transversales y dientes de sierra, cuerpo y patas como de cocodrilo, las patas delanteras más largas, con garras. El animal nada en el agua como un sapo, pero en tierra camina sobre las fuertes y cortas patas trasera con la cabeza en alto.
En 1846 se descubrió un cráneo a orillas del río Murrumbidgee en Nueva Gales del Sur, atribuído a un Bunyip. Se lo exhibió en el Museo Australiano de Sidney, y despertó una epidemia de presuntos avistamientos del animal. Varias de ellas fueron publicadas en el Sidney Morning Herald, como la brindada por un testigo llamado George Hobler. Éste dijo haber visto al ser en los pantanos al sur de Gales y lo describió como marrón negruzco, con colmillos grandes, cuello y cola alargados y orejas pronunciadas.
A pesar de que Gilroy incluye al Bunyip dentro de los presuntos posibles dinosaurios australianos vivos, es probable que se trate de alguna otra criatura (posiblemente un marsupial extinto como el Diprotodon o una foca).
La idea de que varias especies de dinosaurios pudieron haber sobrevivido en Australia al menos hasta la llegada del ser humano, es muy sugestiva. Australia parece ser un reservorio natural de especies zoológicas y botánicas muy antiguas, incluso de la Era Secundaria. Pero, a partir de hace unos 40.000 años el continente-isla comenzó a desertificarse debido a una combinación de causas naturales y artificiales. Las artificiales fueron precisamente los incendios y la caza de origen humano. Gran cantidad de especies desaparecieron y su recuerdo persistió en los mitos de los aborígenes.
Muchos autores se niegan a considerar la posibilidad de que dinosaurios hayan sobrevivido en Australia. Para explicar el mito del Burrunjor y sus parientes recurren a animales conocidos: cocodrilos, pitones, canguros, varanos. Otros están dispuestos a admitir que se trate de ejemplares de la considerada extinta Megalania prisca. Este monstruo, una variedad de varano gigante, podía llegar a alcanzar los 6 o 7 metros según algunos científicos, y se supone que se extinguió hace entre 40 y 12.000 años. Pero el hecho de que el Burrunjor sea descripto como bípedo, y el hecho de que deja huellas de tres dedos supone un golpe a la teoría de la Megalania: los varanos dejan huellas de cinco dedos, y además no caminan en dos patas.
Otras especies sugerida es el Dromornis, ave prehistórica de 3 metros de altura, extinta hace cerca de 30.000 años. Por otro lado algunos autores sugieren que el Burrunjor podría ser un canguro carnívoro, posiblemente depredador, el Propeoplus, extinto también hace 30.000 años. Se supone que estos animales podían legar a medir entre 1, 5 y 3 metros de altura. Finalmente se ha sugerido el Palorchestes, un enorme marsupial de hasta 2,5 metros de altura, que, en realidad, recuerda en algunos relatos al ser mitológico llamado Bunyip.
Los más audaces defienden la posibilidad de que Burrunjor sea un dinosaurio terópodo: un allosaurus, un neovenator, un spinosaurus o, incluso, un tiranosaurio. Quizá la afirmación sea temeraria, pero la reconstrucción de Burrunjor se asemeja mucho más a la de un dinosaurio terópodo de alguna de estas especies que a cualquiera de las otras especies sugeridas.
https://www.tumblr.com/search/burrunjor
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